Alejandro Lorenzo
Gastón Baquero nació 1914 en Banes, Oriente, ahora municipio de la provincia de Holguín y falleció en Madrid en 1997.
Dentro del marco de la pasada Feria Internacional del Libro de Madrid se presentó Andaluces publicada por la Editorial Renacimiento que dirige el poeta español Abelardo Linares. El libro es una recopilación de artículos literarios aparecidos en revistas literarias como: Cuadernos Hispanoamericanos, El Alcázar, Mundo Hispano, La Vanguardia Española, Arriba y otras no menos importantes, escritos por Gastón Baquero y editado y prologado esmeradamente por el académico cubano Alberto Díaz Díaz considerado uno de los mayores estudiosos de peso del desaparecido intelectual cubano.
Sobre Andalucía y el arribo de García Lorca a la Habana, Baquero escribe: La frontera andaluza está en La Habana. Cuando un poeta andaluz aparece en el puerto, las calles se alborotan, y en las macetas
de todos los balcones florecen de un golpe los geranios
de todos los balcones florecen de un golpe los geranios
El volumen tiene como figura principal a Juan Ramón Jiménez a quien Baquero consideraba el más grande de los escritores de la lengua castellana. También están presentes otros intelectuales andaluces con los cuales Baquero sostuvo fuertes lazos de amistad y admiración en Cuba y en su exilio en España. Se escribe en este libro, acerca de: María Zambrano, Antonio Machado, José María Pemán, entre otros.
Aprovechando la publicación de este texto, efectuamos para
los lectores del Nuevo Herald algunas preguntas al académico
Alberto Díaz Díaz
¿Cuándo se produce su encuentro con Gastón Baquero?
Mi primer encuentro con este gigante de las letras fue a través de mi abuelo que coleccionaba El Diario de la Marina donde escribía Baquero, puedo decir que lo conocí primero como periodista, que como poeta.
Luego en Madrid cuando arribé a finales de los 80 descubrí el alcance cultural que tenía su obra y así comenzó una estrecha amistad.
Lo visitaba frecuentemente en su humilde apartamento, y posteriormente en los finales de su vida, en la residencia para ancianos donde falleció.
En todo el tiempo que lo conocí vivió en un estado de marginación tripe, primero el círculo del ostracismo por parte del gobierno cubano, segundo cuando algunas figuras prominentes de la cultura en España, le dieron la espalda, al sucumbir a los cantos de sirena de Castro, y tercero en buena parte a la indiferencia, de un sector cubano en el exilio.
Detalles y anécdotas sobre este abandono casi de náufrago, lo expongo en la biografía que hice titulada Destellos y Desdén de la casa editorial Advicium (2008).
No obstante, ya en los 90 pocos años antes de su muerte, para muchos cubanos amantes a las letras dentro de la isla como comprobé , y se lo conté personalmente y oí con él las grabaciones que para él me dieron, era, junto con Guillermo Cabrera Infante –uno en poesía y otro en prosa, un mito vivo. Recuerdo cuánto le emocionó escuchar a aquellos lectores y noveles poetas que lo veneraban...
Al parecer en la república Gaston Baquero sufrió cierto aislamiento. ¿Fue voluntario dado a su personalidad o deliberadamente producto de los prejuicios innatos de la sociedad cubana de su época?
Pienso que en parte sufrió cierta segregación por su condición de mulato, y aunque llevó una íntima homosexualidad con discreción, también fue un factor que influyó. Para algunos resultó chocante que pudiera alcanzar los honores en el campo de la cultura a los que llegó.
Vale decir que en los años cuarenta, fue un poeta vinculado con los mejores círculos intelectuales de la isla: desde la revista Orígenes a Espuela de Plata. Fue amigo de Eliseo Diego, de Virgilio Piñera y sobre todo de Lezama Lima, a quien admiró toda su vida.
En los cincuenta, sin embargo, la producción escrita de Baquero decrece algo y parece que deja de escribir poesía, pues son los años del hombre ilustre y conservador, de un refinado bon vivant que hasta tiene chófer y cargos oficiales, especialmente en el periodo del también mulato y correligionario, nacido en Banes, el presidente golpista Fulgencio Batista.
Esos antecedentes con el régimen de Batista lo marcan injustamente como un reaccionario, yo no tengo dudas, Baquero era un hombre de talante conservador, pero no un reaccionario, incluso afirmaría porque lo comprobé en reiteradas ocasiones, que era infinitamente liberal en la cultura y en la vida.
Cuando la Revolución de Castro triunfó y él estuvo y se manifestó naturalmente en contra, supo que el Che Guevara lo iba a citar en su despacho y según me contó que sabía que esa cita (que no llegó) hubiera sido su fin, decidió a mediados de marzo de 1959, protegido por tres embajadores -entre ellos el de España-, tomar un avión en La Habana rumbo a Madrid. Jamás regresaría a su tierra.
El Régimen franquista lo acoge bien y le busca empleo. En sus primeros años de exilio madrileño Gastón Baquero vuelve a la poesía, y pienso con más brillantez aún que en la etapa cubana y seguía viviendo con hábitos de gran rico...
Posteriormente en el otro periodo de exilio que fue Miami, Gastón da un giro copernicano: y se vuelve un hombre voluntariamente gris y modesto, lejos de cualquier pompa anterior.
En 1984 se publica Magias e invenciones, una compilación de su poesía prácticamente completa hasta aquel momento, los lectores y sobre todo algunos poetas jóvenes que empiezan a llegar al exilio comienzan a redescubrirlo. Pero era ya el autor de Memorial de un testigo, un gran libro de la poesía del idioma, que Adonais editó en 1966 que pasó casi por entero desapercibido. Dos jóvenes amigos del poeta, José Olivio y Paco Brines, serían por mucho tiempo los voceros con poco eco inicial de esa obra y de las posteriores y de la maravilla deslumbrante de poesía y saber que era Baquero.
¿Como ha sido su trabajo de investigación al cual has entregado parte de su vida?
Reconozco que es todavía el principio de una labor ardua y a veces interminable por la cantidad de materiales que se encuentran sin revisar, clasificar y darle un orden para su futura publicación. Durante casi dos décadas he tenido que sortear toda una serie exclusiones y miserias humanas tanto por parte de mis compatriotas intelectuales como de instituciones y personalidades en España y el resto de Europa para llevar acabo la divulgación de la obra de este grande de las letras de Hispanoamérica.
No obstante debo recordar a modo de ejemplo que la única ayuda financiera sustancial que recibimos provino de un cheque por valor de cincuenta mil pesetas que nos extendió don Javier Aguado Sobrino para poder retirar materiales microfilmados de la hemeroteca municipal de Madrid.
Tengo la satisfacción dentro de las tareas ya terminadas, la publicación en el 2007 en Madrid de Geografía literaria 1945-1996 crónicas y ensayos publicada por la casa editorial Huerga & Fierro y en este año además de Andaluces, ha salido a la luz Apuntes literarios de España y América, con la editorial Renacimiento, un libro compuesto en la mayor parte por ensayos de Baquero hasta ahora nunca incluidos en otras publicaciones. Pienso que este libro puede servir de guía indispensable para aquellos que se acerquen a la poesía con intención de cultivarla o simplemente como lectores de este género en lengua castellana.
Es justo agradecer el apoyo brindado a mi trabajo sobre Baquero por intelectuales de la talla de José Olivio Jiménez, Óscar Fernández de la Vega, Carlos Dorado, Alejandro Fernández Pombo, José Luis Castillo-Puche, Santiago Castelo, José Antonio Torres, Isabel González, Manuel Calvo Hernando, Ángel Rodríguez Abad y Juan José Martín Ramos.
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